xoves, 18 de marzo de 2010

Pucela, nin esquecemos nin perdoamos


Cando os deportivistas oimos falar do Real Valladolid é imposible que non o relacionemos coa semifinal da Copa do Rei da tempada 88/89. Unha semifinal na que o Valladolid era o grande (xogaba en 1ª) e o Deportivo era o pequeno (estaba en 2ª), con un imberbe xogador chamado Fran que comezaba a despuntar. Onde os pucelanos logo de perder no partido de ida en Riazor por 1 gol a 0 convertiron o partido de volta no seu feudo, (o estadio da pulmonía como tamén é coñecido o José Zorrilla), nunha auténtica carnicería pegandolle todo o que non está escrito os xogadores deportivistas baixo a permisividade do colexiado do encontro, o aragonés Emilio Soriano Aladrén, denominado dende aquela "Soriano Aladrón". Quedará para os anais da historia a agresión (codazo e patada) de un xove Fernando Hierro (un clásico do xogo barriobaixeiro) a Fran, así como tamén quedarán para o recordo os dous goles en fora de xogo que o Valladolid marcou e que o colexiado dou por bos, o igual que un penalti sufrido polo deportivista brasileiro Raudnei que se foi o limbo. FORA UN ESCÁNDALO EN TODA REGLA, UN DOS ROUBOS MÁIS GRANDES DA HISTORIA DO FÚTBOL EN ESPAÑA, e que privaron ó Deportivo de xogar a primeira final da Copa do Rei da súa historia, incluso se decía naqueles tempos (no que o fútbol nacional estaba bastante corrupto) que o Valladolid pagara ó colexiado máis que a tarifa de arbitraxe (esto xamáis se saberá... ou sí...).
Pasados os anos os tempos cambiaron, o Depor é un equipo que leva 19 tempadas consecutivas en primeira, ten 6 títulos (1 liga, 2 copas do rei e 3 supercopas), xogou 5 anos consecutivos a Champions League e agora encontrase a dous puntos dos postos que dan acceso a Champions a vindeira tempada. Pola súa contra o Valladolid é un equipo ascensor (entre primeira e segunda) e agora ocupa postos de descenso. Se gañamos o sábado deixaremos moi afundidos os pucelanos e penso que así debe ser, cando imos ó José Zorrilla o trato por parte de xogadores e afeccioados é moi hostil, ademáis no Valladolid encontranse dous desertores deportivistas que están defenestrados nestes momentos (Fabricio e Barragán). Son moitos os motivos para que o sábado vaiamos a Riazor a animar con todas as nosas forzas ó Deportivo, a venganza sérvese fría e a min particularmente non me importaría que para o ano os branquiviolas estivesen na división de prata.
Déixovos unha nova que recollín de La Opinión de A Coruña do luns 26 de febreiro de 2007, trátase de unha entrevista ó colexiado do partido que se mostra cínico e case non ten argumentos para defender o indefendible:


´Pité lo que vi, nada más´



Aquel 14 de junio de 1989 se habló de escándalo arbitral en Zorrilla, pero Soriano Aladrén proclama su inocencia el día que apartó al Deportivo de la final de Copa.

EUGENIO COBAS Eugenio Cobas.A Coruña

El 14 de junio de 1989 el Deportivo, entonces todavía en Segunda División, se quedó a las puertas de alcanzar una gesta sin precedentes: la clasificación para la final de la Copa del Rey, que además suponía el pasaporte automático para la Recopa de Europa. En la semifinal contra el Valladolid, el equipo coruñés visitaba Zorrilla con la renta del 1-0 de la ida. Los pupilos de Arsenio aguantaron el 0-0 durante 83 minutos, pero a siete del final Albis marcó el 1-0. Ya en la prórroga, Peña firmó el 2-0 en claro fuera de juego y decantó la eliminatoria del lado del más fuerte. La sospechosa actuación del colegiado Emilio Soriano Aladrén no pasó inadvertida. Se habló de robo y de escándalo. Sin embargo, el aragonés tiene la conciencia tranquila: "Pité lo que vi, y lo que no vi no lo pité, lo cual no quiere decir que acertara en todo. Nada más. Sé que no estuve perfecto, pero sí fui honrado al cien por cien". Pasado mañana el Dépor volverá a Zorrilla, ahora para intentar superar los cuartos de final. En teoría debería ser un puro trámite tras el 1-4 de la ida, siempre y cuando no se repita otro escándalo igual.

El colegiado tuvo que soportar un aluvión de críticas, no sólo de los tres mil aficionados deportivistas que asistieron a aquel encuentro en Zorrilla, sino también de los jugadores blanquiazules y de su directiva. De hecho, el Deportivo llegó a presentar recursos ante la Federación Española de Fútbol, el Colegio de Árbitros y el Consejo Superior de Deportes. Incluso intentó llevar a Soriano Aladrén ante los tribunales ordinarios, pero todos los esfuerzos por reparar el daño fueron inútiles. El árbitro internacional entiende que sufrió una "persecución y un acoso": "Aquello me hizo muchísimo daño a nivel personal, porque además siempre he estado muy ligado a Galicia. De hecho, es como si fuera mi segunda casa".

El aragonés proclama su inocencia dieciocho años después de aquel episodio. "Se sacaron las cosas de quicio. Se dijo de todo y muchas cosas improcedentes, incluso de algunos jugadores que hoy no están en activo, que han sido santo y seña del Deportivo, y que me da la impresión de que tampoco han salido del club por la puerta grande".

En su versión de lo ocurrido, Soriano Aladrén reconoce que debió expulsar a dos futbolistas del Valladolid, uno de ellos Fernando Hierro, pero asegura que no lo hizo porque no vio "ni el codazo ni la patada". "Hay que ser autocrítico y admitir los errores, pero no siempre estás en disposición de verlo todo dentro de un terreno de juego". En cuanto a los dos tantos del Valladolid -se reclamaron irregularidades en ambos- el trencilla no tiene "ninguna duda": "Los dos fueron goles legales. De eso estoy totalmente seguro". Tampoco vio un posible penalti sobre el delantero Raudnei. "En absoluto. Además, recuerdo que ese brasileño tuvo muchas oportunidades, pero no las materializó. El Coruña no creyó que podía ganar ese partido. Si hubiera ido más hacia arriba, habría vencido".

En aquella fatídica noche, el Deportivo formó con Jorge; Cayetano, Martín Lasarte, Antonio, Ramón (Fontana, m. 17); Gil, Aspiazu, Agulló, Fran; Hidalgo y Raudnei (Portela, m. 18).


Arsenio: "Él mismo se dio cuenta de que no había hecho un gran arbitraje"

Arsenio Iglesias, al igual que sus futbolistas, sintió "impotencia y rabia" aquella noche de junio de 1989, una vez consumada su eliminación de la Copa del Rey. "Posiblemente no lo hizo queriendo, pero Soriano cometió errores tremendos. Me dio la sensación de que él mismo se dio cuenta de que no había hecho un gran arbitraje", explica el técnico de Arteixo, quien años más tarde, en 1995, acabaría clasificando al Dépor para la final de Copa, y ganándola.

El veterano técnico recuerda la "enorme ilusión" con la que el equipo afrontó aquella semifinal contra el Valladolid. "En aquel tiempo el Deportivo aún no había hecho cosas importantes. Era una gran oportunidad, y más después de haber ganado en la ida", argumenta.

Arsenio lamenta la excesiva permisividad del colegiado aragonés: "Nos lesionaron a Ramón y hubo marcajes muy duros, por ejemplo a Fran. Fue un partido competido y muy tenso".


Que teñades boa ponte!!!

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